Hoy hace un año que comencé esta aventura de escribir un Blog jurídico y quiero celebrarlo con una entrada algo distinta, explicando por qué decidí llamar a mi blog "Por una libra".
La respuesta se halla en El mercader de Venecia, una obra teatral escrita por William Shakespeare en el año 1600.
En esta historia, Antonio, un rico mercader veneciano, y con intención de ayudar a un amigo, pide prestados 3000 ducados a un prestamista judío llamado Shylock.
Este último, a pesar de odiar a Antonio por sus múltiples vejaciones en el pasado, acepta el trato, pero le advierte de que en caso de incumplimiento, su pago será una libra de carne del mercader, que él mismo procederá a cortar. Antonio, confiado en el buen porvenir de sus negocios, acepta la funesta condición.
Al fin del término pactado, y ante la imposibilidad del desdichado mercader de devolver la suma convenida, se plantea la dificil disyuntiva a los sabios de Venecia: ¿se puede llevar a cabo la pena?
Si quieres saber cómo acaba esta historia, te recomiendo acudir a la obra original, o a una sus múltiples adaptaciones teatrales o cinematográficas.
El hecho de que me decidiera por este título es la magnífica resolución que se le da al caso, que impresionó hasta el punto de convertirse en una de mis obras favoritas.
Aquí te dejo el fragmento del juicio (cuidado, ¡spoilers!): https://www.youtube.com/watch?v=gBP1q7ji1lc
Gracias a todos por el apoyo mostrado a mi blog durante este año, y espero que disfrutéis tanto como yo de esta magnífica historia.
Comments